jueves, 25 de septiembre de 2014

Adiós a Roma, Casa Generalicia

"Con una mirada al mundo lasaliano"
     A lo largo de estos años, han sido muchos los momentos que por uno u otro motivo he tenido que acudir a Roma: Cil, visitas a los Hermanos del Sector de "Valencia-Palma" que residían allí, encuentros, reuniones... Destaco entre ellas: mi presencia en la defensa de la tesis doctoral del H. José María Pérez, la Beatificación de los HH. Mártires de Valencia, los 2 Capítulos Generales en los que he participado y, en estos últimos meses, mi participación en la Comisión de la Regla.

     Sin duda, la Casa Generalicia es "corazón y memoria" para el mundo lasaliano. Allí se encuentran los restos de nuestro Fundador, allí está centralizado todos los servicios de animación y gobierno, las tres comunidades (Cil, Central y del Superior general)... lugar de acogida y encuentro, de peregrinación, de formación permanente... 

     El pasado domingo día 21, viví la celebración de la Eucaristía con intensidad. Pasaron por mi corazón muchos momentos vividos en nuestro Santuario, en las diferentes salas de la casa, las horas de paseo por el parque (de lo mejor que tiene la casa), de las personas que he conocido y de las que me he enriquecido a lo largo de estos años... de las muchas oportunidades recibidas por parte del Instituto.

     A mi sentimiento de agradecimiento se le unía la sensación de un adiós prolongado. Creo que tardaré ya mucho tiempo en regresar a ella. Pese a la complejidad que supone una comunidad "internacional" siempre me he sentido acogido fraternalmente. Por eso, desde mi blog y desde mi experiencia, os digo GRACIAS HERMANOS. 

"En el silencio de la oración ante el Fundador"
"Con los HH. Aidan, Bob e Ismael. Superiores por todo lo alto"



2 comentarios:

  1. Pareces estar bien rodeado de buena gente, ¡cómo no! Y ahora que dejas esa casa y que, según dices, "tardaré en volver a ella", seguro que te vas con el recuerdo hermoso de tanta gente con la que has tenido oportunidad de pasar grandes momentos o pequeños diálogos, de esos paseos por el jardín de la casa (¡mira que es precioso y entrañable!) y que servirán de buen recuerdo allá donde te encuentres.
    Marchas ahora con la esperanza de ir a otra tierra, a otras gentes y de hacer buena labor en medio "de otras paredes", acaso menos consistentes en su estructura, pero llenas de vida en su ilusión. Pues que en ese viaje y en esa estancia, el recuerdo de las personas que has conocido en esa casa Grande, madre de todos, te siga acompañando y el servicio al Instituto que deseas seguir haciendo en otros lares, no se enturbie con la distancia o el cansancio.
    Seguro que el recuerdo de la Maison Mère, sus personas, sus gentes, sus momentos te seguirán acompañando y dando fuerza, pues has vivido, no cabe ninguna duda, muchas experiencias de vida dentro de ella.
    Feliz viajes, Rafa.

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  2. Muchas gracias.
    No hay nada mejor que estar bien rodeado.

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