domingo, 14 de diciembre de 2014
58 AÑOS en HAITÍ
No, no es el tiempo que llevó aquí jejeje... Ya voy por tres meses, sólo, pero sí los años que he cumplido. Ni por asomo pensaba en ello cuando el pasado año cumplí los 57. Por tanto... Me callo y ni pienso a dónde cumplirse los 59, 60... Sí Dios me sigue dando vida.
Los he celebrado "por todo lo alto" y en comunidad. El afecto fraterno de los Hermanos ha estado presente desde las primerísimas horas de la mañana y perdurado a lo largo del día. Gato incluido. Este no se pierde ni una...
Lo cierto es que ha sido un día entrañable.
A la Comunidad se le han añadido multitud de "wasaps" y correos a los que intentare ir respondiendo entre hoy y mañana si la electricidad no lo impide. Así pues, y de corazón, muchas gracias a todos los que me habéis alegrado este año 58 con vuestro recuerdo y vuestras oraciones.
Los 58 han venido acompañados, y todo el día, de ¡lluvia!
¡Bendita lluvia!
Impresiona ver la cara de satisfacción cuando las personas, después de una larga sequía, ven caer las primeras gotas del cielo.
Experimentar la bondad de la lluvia se revaloriza cuando, en carne propia, vivimos su ausencia prolongadamente. Es verdad, donde no escasea el agua, se valora de distinta manera. El agua, el pan, la electricidad... ¡Y tantas otras cosas! Incluso básicas.
Ya la hija de Caeb, Axá, pidió fuentes de agua como regalo de boda. Recordamos que su nuevo hogar sería el desierto del Négueb y era consciente que sin agua era imposible sobrevivir. (Jue 1,10-15). Y sigue habiendo "desiertos" en nuestro mundo. Desiertos físicos y corazones desérticos, vacíos, con necesidad de agua de vida.
Sin agua, es imposible dar de beber al sediento, a quién se sienta fatigado de la vida en busca... A quien, de tanto caminar, tiene endurecidos sus pies, lastimados de tanto andar sin... ¿Sentido? ¡Que bien nos viene un poca de lluvia cuando andamos resecos!
Una de las felicitaciones recibidas por wasap, la de un amigo de infancia me decía: "Qué tal tot ??? Com ho dus per La Tortuga ??? No se si me creus, pero a moments pens que me agradaria poder fer lo que tu fas. Ha de eser reconfortant poder fer algo per millorar aquest mon tant injust..."
No se sí hago mucho o más bien poco. Si sé que no hace falta venir a La Tortuga para luchar por un mundo más justo. Pero es difícil la lucha, o al menos mantenerla, si no somos capaces de encontrar del pozo y entablar una conversación serena con quién es el origen de todo manantial, como la experiencia de La Samaritana con Jesús. (Jn 4,1-26)
Tengo sed de ti, Jesús, pero muchas veces no me doy cuenta de que en ti puedo saciarla totalmente.
Ayúdame a buscar siempre esa agua que brota de ti.
Si quiero comprensión, tú me la das.
Si ansió paz, en ti la obtengo.
Si necesito confianza, tu fidelidad me acompaña.
Si estoy desorientado, tú me guías.
Si anhelo perdón, tú me liberas.
Sí trabajo por superarme, tú me me das fuerzas.
Si me encuentro desanimado, tú me consuelas.
Si sufro, tú me sanas.
Si me canso de luchar, tu repones mis fuerzas.
Tengo sed de esa agua,
Gotas que caen de tus ojos desde el cielo.
Saciarla con tu amor,
sigue dándome vida y esperanza
para seguir luchando por tu causa, aquí o donde tú quieras.
Abrazos sostenidos y mucha felicidad, al menos ¿58 años más?
Isla de La tortuga, 14 diciembre 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario