“Me gusta que suenen
las palabras”
“Conducta” o la
historia de una vida… entregada a la educación.
Carmela en su aula |
Llegué el viernes a
Puerto príncipe con una acogida insuperable. Me siento a gusto y contento aquí.
En este momento nos encontramos en la casa 5 Hermanos estudiantes que se
preparan para el aula y yo, el resto está de vacaciones.
Hoy por la tarde he
tenido la oportunidad de ver una película que me ha emocionado y cuestionado
enormemente. De ahí las siguientes palabras escritas. Desearía que todos y
todas la pudierais ver. De verdad.
Impresionado, afectado,
motivado, esperanzado… así me he quedado después de ver la película “Conducta”
del director cubano Ernesto Arana y con una excelente interpretación de Carmela:
Alina Rodríguez en el papel de Carmela y del niño Armando Valdés en el de
Chala. Una película valiente, emotiva y crítica.
Es la historia de una
maestra. Carmela, mujer madura y vocacionada. Luchadora e implicada toda la
vida a favor de la causa de sus alumnos, de todos… especialmente de quienes más
lo necesitaban…. O manifiestan problemas específicos de conducta. “Ya va hacer 50 años de eso y, la mayor
parte del tiempo, lo he pasado en esta aula”. Convencida de su trabajo y
libre. “Hay cuatro cosas que hacen a un niño: la casa, la escuela, el rigor y el afecto, pero cuando
cruzan esa puerta está la calle. Antes para mí la vida era más clara y yo sabía
para qué preparaba a un alumno. Pero ahora todo lo único que tengo claro es
para lo que no debo prepararlo”.
Carmela y Chala |
Carmela, Chala y su
madre prostituta y drogadicta, Camilo enfermo en el hospital, Yeni, Carlos antiguo alumno de Carmela y Director de
un centro de conducta, Mercedes la directora de la escuela, Raquel la
Trabajadora social, la policía… los perros, las palomas… Marta, la maestra
sustituta que se va convirtiendo en una nueva “carmela”. “Todos los años tengo un Chala en el aula, ninguno pudo más que yo
porque en el fondo todos son muchachos”. “Si quieres un delincuente, trátalo como un
delincuente”
Chala y Yeni |
Sus vidas, sus retos,
sus reacciones frente a… su supervivencia en una cuba caótica y en un sistema
educativa ya decadente. En medio de ello, Carmela, una maestra de primaria valorada
y apreciada por todos con más de 50 años a sus espaldas en la escuela. A pesar
de que el guión se centra en la rebeldía y mala conducta de Chala: su situación
familiar, su rebeldía… y en Yeni, una chica ilegalmente establecida en la
ciudad. Niños que experimentan la muerte, la emigración, una imagen de la
Virgen de la Caridad colocada en el mural “libre” del aula… “No
hay dos grupos iguales. Y cada uno traen muchachos que te marcan para siempre.
Este es el grupo en el que doy clases a mi propio nieto y con él, son siete los
que se me han ido en apenas tres años. Una les habla de Martí y de la patria,
pero en su casa desentierran a los muertos para hacerse ciudadanos españoles. Este
también fue el grupo también de Camilo,
les enseñó lo que es la muerte. El grupo de Joan con su padre preso por asuntos políticos. El
grupo de Yeni, una gran alumna, pero con la cruz de ser palestina. Y claro,
este es el grupo de Chala. El grupo donde en el mural del aula hay una estampita
de nuestra Señora de la caridad del Cobre y que no hay Dios que la quite
mientras la maestra sea Carmela”.
En un sistema que controla
todo, represor, amenazante ante quien tiene ideas y opciones propias: “Hay tantas cosas que no se explican y que
yo me he visto obligada hacer” “A lo mejor es que ha sido demasiado tiempo… no
tanto como los que dirigen este país. ¿Te parecen demasiados?”. “Lo que pasan
es que están pensando en cómo quedan ustedes y yo pienso en cómo queda el
muchacho”
Carmela y Marta |
Y, por su edad y
madurez, no le importa vivir su compromiso como le dicta su conciencia aún
cuando implique su renuncia: “No sé si
debí pensar algunas cosas, pero así es cómo lo siento…”. “Yo sé que cruce la raya. Pero ponerme de este
lado ha sido el único modo de estar en paz con mi conciencia. Si ustedes lo
deciden Carmela se va pero Marta se queda. Yo sólo quería enseñarte una cosa
muy simple y que tú has aprendido a la letra. Ahora los años se encargarán de
que seas mejor maestra que esa vieja. Que sólo va a jubilarse el día que no
pueda subir por esas escaleras. A mí tienen que botarme…”.
Me he acordado de
nombre y apellidos de mis años en el aula… he renovado mi vocación educativa,
la importancia de buenos EDUCADORES, no de ENSEÑANTES ni siquiera de
PROFESIONALES de la enseñanza. He reafirmado mi convencimiento que ni escuela
pública ni privada, ni concertada… ESCUELA. La escuela tiene sentido en la
medida que sus educadores viven su vocación como maestros, tienen como centro
no sus propios intereses sino las necesidades de todos los alumnos, se implican
efectivamente y se dejan “impresionar” por las situaciones en los que los niños
y jóvenes viven, no ven a las familias como enemigos, no miran el reloj, no son
meros trasmisores de… Tiene sentido si intentan ser coherentes, si ellos mismos
crecen en los valores que realmente construyen persona, si son capaces de generar sinergias y trabajar
comunitariamente que es mucho más que en grupo, si los más vulnerables son los
primeros… maestro con pasión por encima de sueldos y horarios.
Estoy convencido
que se es maestro. Quien solo “hace de maestro”, sobra a no ser que esté
dispuesto a recorrer el largo camino de aprendizaje que lleva a SERLO. Esto no
se aprende en cursos, masters y demás ni siquiera en la universidad.
El sistema educativo
cubano ha demostrado su fracaso. La historia no creo que pueda “absolverlo”. Su
ineficacia hace que hoy nadie duda ya de la necesidad de un cambio significativo.
Bueno cuba necesita cambiar casi todo. En fin…Os dejo con dos fotos personales: la primera, mi primera clase en el Colegio de Manises y, la segunda, la misma clase pero hace ahora un año en un cena de reencuentro.
Abrazos sostenidos y
felicidad para quienes tienen la suerte de haber sido educados por auténticos
MAESTROS.
Puerto Príncipe.
Molt encertat el comentari
ResponderEliminarUna abraçada