Nuestro "hijo predilecto de Mallorca" y recién operado de apendicitis, Rafa Nadal, nos ha asombrado al ser rápidamente derrotado en Doha ante el veterano Berrer. No es el primero ni será el último, así se forjan los campeones. ¿O no?
Bien lo sabe él.
Un "aparente" fracaso en su nuevo debut. Ya hemos conocido situaciones parecidas a esta. También hemos visto como ha ido reaccionando y así sucesivamente. Rafa siempre adelante. Con sencillez, con esfuerzo, con trabajo... sin permitirse desfallecer, sea con cara de preocupación o con esa sonrisa pletórica reflejo de un gran corazón.
Su estado físico siempre ha sido una de sus limitaciones. ¿Por forzar demasiado su casi perfecta máquina? No lo sé. En todo caso, como todo el mundo pero él más, sigue necesitando de una mejora continuada físicamente y a pesar de esos músculos exuberantes.
Me hacía esta reflexión: Pero... ¿hasta cuándo? ¿No ha logrado ya suficientes y significativas victorias? ¿No ha demostrado ya por activa y por pasiva su dominio sobre la cancha? ¿No ha sido el número uno? ¿No ha cosechado los más codiciados trofeos y reconocimiento deportivos? Sin duda sí. Y no soy yo quien para ponerle fecha de caducidad.
En todo caso, hay muchas maneras de vivir "apasionado" por el deporte y por el tenis en concreto. Él da mucho de sí en todo. Lo que me gustaría es que no forzará innecesariamente su preciosa máquina porque alberga en ella toda una riqueza de persona que necesitamos en estos tiempos. Su liderazgo social es también importante, ser referente para nuevas generaciones también. No creo que sea un tema económico ni siquiera de popularidad pues no hay rincón del mundo en el que no se le conozca y valore. Su simpatía, sencillez, naturalidad... nos ha cautivado a muchos y eso que no soy deportista. En varias ocasiones he podido saludarle e incluso hablar con cierta calma. Creo que tiene la cabeza bien amueblada y sabe lo que quiere. Pero como dice Kadafis en su poema Ítaca que tan bien musicalizado está por Lluis Llach, mira que lo nombro ¿eh?, "no fuerces nunca la travesía".
Por eso, Rafa, no lo olvides, también te necesitamos de otra manera... y, ahora que eres nuestro hijo predilecto, más aún. Gracias por tu ejemplo de vida, por tu afán de superación, por tu capacidad de lucha... Pero gracias, sobre todo, por ser un joven con valores y saber estar entre los tuyos y los menos tuyos.
Te dejo con frase meditativa. Siempre viene bien.
Decía Disraeli: "Después de saber cuándo debemos aprovechar una oportunidad, lo más importante es saber cuándo debemos renunciar a una ventaja". Eres grande, muy grande. Como deportista y como persona. ¡Ánimo y adelante!
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ResponderEliminarQué buenos los Rafas!!!
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