lunes, 24 de noviembre de 2014

Duro, DURO.

Fiesta de Cristo Rey.
La misa, preparada por los jóvenes del movimiento "Kiro", con una duración de dos horas y media. Se cantaron hasta "los silencios" como diría uno que conozco. Pero allí no se mueve nadie. Eso sí, está permitido, por lo que veo, echar una cabezadita. Es normal, algunos recorren andando más de dos horas de camino para llegar a misa. ¡No es broma!. Igualito que en...

Nada más terminar la Eucaristía, el H. Carlos me pide que le acompañé al hospital. Tiene una parte del cuerpo llena de picaduras. Lógicamente, allá vamos.

Nada más entrar, gritos, lloros... hacían presagiar lo peor. Acababa de morir un niño de seis años. Vemos a nuestro amigo enfermero cubano. Desolado y con los ojos llenos de lágrimas se dirige a nosotros conteniendo rabia e impotencia. la familia, numerosa por la gran cantidad de gente que había... estaba desolada. No es para menos. Ismael, el médico boliviano que le había atendido, con cara compungida, nos dice... "De la peor muerte... Y de las más frecuentes" ¿? "Ha muerto de desnutrición". Muy duro. Que en siglo XXI, mientras invertimos en "cazar cometas"... Un niño y miles de niños... Mueren por no tener la comida necesaria para su subsistencia. Lloramos de rabia y seguimos apostando por nuestro plan, convencidos de la necesidad más que nunca, de garantizar esas te comidas semanales al menos a los alumnos de nuestras escuelas.

A punto de atender a Carlos, llega otra familia con otro niño pequeño. Tiene mucha fiebre. El médico pregunta a su madre sobre cuantos días lleva con esta fiebre, a lo que se su madre le contesta tres o cuatro. Ismael nos mira cariacontecido y nos dice, "si ella dice que tres, es que son treinta". Mi instinto es preguntar porque han esperado tanto. Hacerlo es inútil, sé la respuesta: no hay dinero para pagar. El estado sólo atiende gratuitamente a los casos de sida y cólera, que sigue azotando a la isla.y lo hace por la ayuda internacional que recibe. Muy duro. Todo ello entremezclado con los llantos de dolor de los familiares del niñito fallecido.

Al final, atienden a Carlos. Es una alergia. Compramos las pastillas recetadas, y nos vamos a casa. Nuestros corazones se sienten agitados, nuestras personas interpeladas. Uno sentimientos entre rabia e impotencia. Lo compartimos durante el trayecto hasta nuestra casa.

A mitad camino, otra madre con su hijo de no más de tres años, caminaba a toda prisa. Sin duda dirección al hospital pues, El Niño, ensangrentado llevaba una brecha profunda en su frente. Una caída, nos dijo la madre. Es alumno nuestro. Por la tarde nos enteramos que había sido corte de machete, de los que utilizan para cortar yerba o trabajar el campo.

Menos mal que al llegar a casa, Andy y Bouzi nos esperaban con un aperitivo. Habitual en los domingos. Me timé una poco de ron. Lo necesitaba. Compartimos con ellos lo vivido en el hospital. El joven Bob, cada vez más metido en nuestra comunidad, compartió también mesa con nosotros.

Después de la siesta, me he ido con mi libro de cabecera, a leer al bungalow, a relajar mi mete con la maravillosa vista. Ha sido imposible. Mi pensamiento volaba pensando en estos niños, en tantos niños del mundo que... Justo en la semana que recordamos con fuerza, gracias a la ONU, los Derechos de los Niños. Criaturas sensibles, indefensas... Pensaba en Leo, el hijo recién nacido de Marta y Sandro, por suerte en otras circunstancias muy diferentes... Pensaba en la labor de los médicos y enfermeras y... Pensaba Fiesta de Cristo Rey, pero ¡vaya reino el nuestro!

Al menos después de cenar hemos reído un poco. Se han reído de mí. Pues, lavando, he roto el primer vaso. Aquí, claro. "Nada dura para siempre", me dice Andy. Pero tenemos un vaso menos.

En fin. Ya veis. Día durillo, muy duro por dentro.

Antes de ir a la cama, tiempo de silencio y oración en la capilla. Pienso en la necesidad de una "conducta buena entre los hombres" 1 Pe 2,12 y en que la fe "obra por medio del amor" (Gál 5,6)
Me acuesto más sereno.

Abrazos sostenidos y mucha felicidad, puesto que tenemos más medios para ello aunque no siempre ni los valoramos ni los aprovechamos.

Un beso.



2 comentarios:

  1. Gracias por compartir estas experiencias con los que estamos cómodamente instalados aquí. Al menos que nos sirvan para parar un segundo y reflexionar en nuestras aceleradas vidas.

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  2. Me estremece tu relato, que dura realidad. Con madre pienso en la desesperación de todas ellas y en la difícil sitación a la que deben enfrentarse a diario...Mi oración para todas ellas. Gracias por acercarnos a Tortuga!

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