Compartir la pasión con el otro es una actitud que no suele ir más allá de un cierto sentimiento de pena... O, en todo caso, de buscar sugerencias para que "otros" hagan... ¡Para esto están los Trabajadores Sociales, los curas, los frailes o...!
Sentir La pasión por los demás, especialmente por los más vulnerables, es una gracia. No basta sólo querer, ni siquiera optar racionalmente por ello, se requiere también un corazón lleno de ternura, una especial conexión ante miradas, manos extendidas, bocas hambrientas... Y una especial sensibilidad por el sentido de justicia que le acompaña luchar por la dignidad humana.
Con frecuencias antes de realizar una "compasión activa" medimos las consecuencias, buscamos justificaciones siempre fáciles de encontrar, limitamos nuestras posibilidades...
Si no fuera así el "derecho a soñar" según lo fórmula Eduardo Galeano, no tendría cabida y no haría falta luchar por la igualdad de todos los seres humanos, la discriminación por sexo, cultura, religión u opción sexual dejaría de ser una parte más o menos comprometida de los partidos políticos, el analfabetismo o el hambre, la distribución del bienestar... De las riquezas, el cuidado del medio ambiente o la necesidad de mimar una mayor cultura de la creación... No estarían en los proyectos de desarrollo de los países, pueblos y gentes.
Sin embargo admiramos lo que hicieron tantos santos de ayer, el mismo San Juan de La Salle y casi todos los santos. Admiramos, a pesar de sus incoherencias, a personas cuya vida privada desconocemos pero sabemos de sus obras... Así nos viene a la memoria Luther Kin, Teresa de Calcuta, o para nsootros el H. Adrián Trescens (HAL)... O Jaume Santandreu, o Tomeu Catalá, o... Podríamos añadir muchos más santos de hoy, al menos con letra minúscula.
Hoy he tenido un largo rato de conversación con el joven Bob, me interrogaba sobre el porqué pudiendo vivir bien en mi tierra he decidido compartir parte de mi vida entre la "miseria" de su gente, me decía él.
Yo le intentaba responder diciendo que precisamente él, su gente, su miseria... Su ¡riqueza! Eran lo que a mí en estos momentos de mi vida me hacía crecer, enriquecía mi persona...
Lo tengo claro, caminar incluso con paso incierto, con titubeos, con dudas... Es mejor que estar parado, pasivo ante la realidad, cerrado en los propios interrogantes y buscando seguridades que lo único que aportan son bloqueos individualistas.
Estoy aprendiendo que ser levadura, insignificante en cantidad, que puede producir un pan bueno para muchos, ese pan del que muchos no sólo no están saciados sino que siguen buscando, hambrientos de la escucha de necesidades, los deseos, las desilusiones... de gestos de esperanza... es una manera de compartir la pasión por el otro.
Le he leído la siguiente historia verídica:
"Indica Gandhi fue durante mucho tiempo la primera ministra de la India. Un día convocó a su despacho al almirante de la Armada Ronald Lynsdale Pereira. Su ayudante, el capitán B.R. Se'n, había organizado todo de tal manera que el almirante pudiera estar en la oficina de la primera ministra a la hora exacta, como ella siempre exigía.
Pero cuando se dirigían a la cita, el almirante vio cómo un joven se esforzaba por aupar a un anciano en sus espaldas. Mandó al conductor que parara, bajó del coche y preguntó que ocurría. El joven le explicó que su padre se encontraba mal y quería llevarlo al hospital, pero no podía pagar un taxi.
Pereira insistió en llevarlos en su coche. Se comenzó a protestar, explicando que iban a llegar tarde. Pero el almirante no cedió.
En el hospital hubo una gran conmoción cuando aquella figura alta y solemne, con un uniforme lleno de condecoraciones y medallas, anunció que aquel viejecito era pariente suyo, y añadió:
Pasaré a la vuelta. Asegúrense de que, cuando venga, esté bien atendido.
Sabía muy bien el almirante cómo son ignorados y descuidados los indigentes en los grandes hospitales.
Llegaron quince minutos tarde al despacho de la primera ministra. El capitán comentaba más tarde:
- No me lo acababa de creer. Todo el mundo tenía un miedo tremendo a la señora Indira Ghandi. ¡Y hacerle esperar por causa de un enfermo pobre! Fue para mí una lección de valentía y compasión. Pero era típico de Pereira. Siempre hizo lo qué él creía ser lo correcto y... ¡Al diablo con las consecuencia!"
Antes de acostarme me he puesto a escribir este Nuestro blog de hoy y he releído lo que, este buen Papa, entre tantas cosas, nos dice:
"Cuando el Señor da una misión, nos hace siempre entrar en un proceso de purificación, un proceso de discernimiento, un proceso de obediencia, un proceso de oración".(13 junio 2014) Como Abrahán "Confió en el Señor y caminó incluso en momentos difíciles" (29 abril 2014), mi corazón se ha alborotado un poco. Temiendo no poder dormir, me he puesto los cascos y... Mira por donde la primera canción ha sido del "Lagarto Amarillo" que supongo que conocéis y de quién os hablé ya. Y sino... Escuchadla porque muchas veces escuchamos sin entender. Os la comparto y cada uno que saqué sus conclusiones.
LUCHARÉ
Se que hay días que ves
Que hay días que no
Que ya no soy tan valiente
Y eh si en algo dañé
Os pido perdón.
Se que hay días que ves
Y hay noches que no
No va tan alta tu frente
Y eh si quieres saber
Te digo que hoy
Me mueve por dentro una voz
Que dice tal vez
Mañana mejor
Me mueve por dentro saber
Que gritas también
Con el corazón
Luchare
Por que acabé esta guerra
Que no se cuando empece
Luchare por ganar y aunque pierda
Nunca tendré en mi conciencia
Que no lo intente
Se que a veces que bien
Y a veces que no
Que no funciona la mente
Y eh si me equivoque
Os doy la razón
Me mueve por dentro una voz
Que dice tal vez
Mañana mejor
Me mueve por dentro saber
Que gritas también
Con el corazón
Luchare
Por acabé esta guerra
Que no se cuando empece
Luchare por ganar y aunque pierda
Nunca tendré en mi conciencia
Que no lo intente
Mil veces mas luchare
Sólo levanta y recuerda
Que estés donde estés
Es grande el valor
Que te hace ser fuerte
Que dice que no,
Que no se acabó
Que puedo y lo haré.
gracias mi hermano!
ResponderEliminarun abrazo