Es domingo.
Día para la reflexión compartida.
Amainado el temporal, dejando 8 muertos y más de 5.000 damnificados... en Haití ¡Una más! Ya sabéis, siempre llueve sobre mojado. Me dispongo a comentar y así dar respuesta a varias personas que me leéis asiduamente y me habéis preguntado el porqué uso con tanta frecuencia la expresión "Mi Ítaca-Tortuga".
Creo que coincidimos si afirmo que nuestra vida es como un viaje. Desde que nacemos hasta que morimos, que todo nos llegará al igual que les llegó, desgraciadamente, a esos 43 jóvenes estudiantes de magisterio mexicanos vilmente asesinados... y a estos 8 afectados haitianos afectados por las tormentas... Efectivamente, no sabemos ni cómo ni cuándo, pero me llegará a mí y te llegará a ti.
Mientras tanto vamos caminando, nos ocurren cosas, tenemos experiencias, incorporamos en el camino a personas y situaciones nuevas, gestionamos sentimientos, deseos, retos, esperanzas y frustraciones... y no siempre sabemos cuál es nuestro destino final. Conocemos destinos cortos y efímeros... pero ¿Viajamos con sentido? ¿Qué nos mueve a viajar, a caminar, a...? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué motiva o fundamenta lo que estamos viviendo? ¿Quién nos guía?
Ciertamente es un viaje incierto pues no sabemos que nos depara en cada momento o en cada día... Sin embargo, quienes tenemos fe, a pesar de nuestras limitaciones e incoherencias sabemos que estamos "guiados por el Espíritu, nunca rígido, nunca cerrados, siempre abiertos a la voz de Dios que habla, que abre, que conduce, que nos invita a ira hacia el horizonte" (Papa Francisco 2 de febrero de 2014). En definitiva, el Papa nos invita a acoger el hoy de Dios y a dejarnos llevar, sin miedos ni reticencias, a lo que él llama "las sorpresas de Dios".
A mí, Dios me ha sorprendido muchas veces. Ahora también. Me ha invitado a partir, de nuevo, en la fe hacia un viaje desconocido (Sab 18,3) al igual que hizo Abrahán, hicieron los profetas... los mismos Apóstoles... tantos cristianos, como nuestro mismo Fundador, San Juan Bautista de La Salle.
En ese viaje, cargado con nuestras "cosas", yo he decidido llevar en mi corazón las esperanzas de tantas personas que necesitan de... Es decir, no viajar solo.
Es verdad que la isla de La Tortuga me obliga a adaptarme a nuevas situaciones, a socializarme de otra manera y con otras gentes, aprender de esta rica cultura... que hay afán humanitario, compromiso solidario... lo hay, pero es mucho más que todo esto.
No se trata de cambiar por cambiar. Ni siquiera de romper inercias y rutina. Ni afán de concomer por conocer. Se trata, sobre todo, de un viaje al interior de uno mismo, de escudriñar sentimientos, actitudes... de dar ciertas respuestas a las propias búsquedas. Es una de las recomendaciones de San Juan Bta. de La Salle que nos dice: "En cuanto a nosotros, sondeemos nuestro corazón" MD 5,3,2 Miro lo que pulula dentro de mí, mis luces y sombras... descubrirme para seguir caminando, superando miedos, incluso a los "monstruos", y al "colérico Poseidón"... Mi viaje a la isla de mi mismo, a mi "Ítaca" mediado por La Tortuga está en marcha gracias al apoyo de los míos, que han entendido que este "viaje" era necesario en este momento de mi vida... y mis amigos también.
Apoyo y ánimo no me faltan pero quien viaja soy yo. Y como "el tiempo se nos da para ganar el cielo" CT 13,10,2 como La Salle escribe, pues eso, sea como sea el cielo... a viajar para que me lo "gane" con creces.
Y os dejo el poema, por si alguno no lo conoce, pueda disfrutar de su lectura mitológica y seguro descubrirá mucho más que palabras. Acepto retroalimentación... por email. Ya os dije que fue musicalizado por Lluis Llach en una preciosa y creativa canción, obra maestra para mí. Si no lo conocéis... haced el favor de bajadla y escucharla: "Viatge a Itaca", en catalán, claro. Hoy es 9 N y viene bien algo de catalán ¿o no? jeje
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.
Y hoy sesión de fotos en la misa dominical. Animada por los alumnos de Primaria de nuestro Colegio de Notre Dame des Palmistes. Todo un lujo! Intentaré colgar algún video se me deja la tecnología.
Ya sabéis, abrazados sostenidos y mucha felicidad.
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