NADA HAY

Me olvidé. Hoy viernes, es fiesta escolar en todo Haiti en memoria de uno de los "padres de la independencia" del país. Aprovechamos para descansar un poco más que a ninguno de los cuatro nos viene mal. Algún despistado merodea por el colegio...

Me he despertado con la mosquitera encima de mí. Con sensación de... ¿qué ha pasado? y algo sobrecogido pienso... qué habré hecho durante la noche... Abro los ojos y descubro el misterio. Se ha desclavado uno de los clavos que la sujetan. ¡Ningún misterio! Son cosas que ocurren.

Dos alumnos y n profesor les pillo, pienso yo, meando en los servicios peor no dentro sino fuera en la pared pililas al aire. Pienso ¡serán mal educados!... No lo son. Observo los servicios y lo entiendo. Peligra su seguridad física. Habrá que plantear unos nuevos. Y noooo, no merodeaba por los servicios... es paso obligado para ir de la comunidad al Colegio. Nada de pensar mal pero la ignorancia...

Esta semana me toca animar la oración. En esa "preciosa capilla" en palabras del G. Bonaventura, nunca estamos "solos". Además de los fieles cuatro Hermanos, nos acompañan entre 6 y hasta 8 lagartijas. De algún manera se sienten cómodas por la tranquilidad del lugar o quizás son de la especie  "lagartija religiosa" (El H. Miguel García lo diría mejor). Nada de eso. Simplemente que es un lugar fácil para cazar mosquitos. Hacen su agosto... me han dado una explicación más que lógica.

Me he quedado solo en casa durante un buen rato, por cuestiones diversas, y frente a mi habitación un niño descalzo, con mocos y cara soñolienta esperaba que el H. Anddy llegara. 

Oigo a Jean-Claude, nuestra cocinera... que le grita nerviosa. Salgo a ver lo que ocurre y ¡cualquiera se entera! Hablo con El Niño y "parece" que sólo quiere comida. 

Anddy tarda. Hablo con El niño y decido ir a por algo de comida. Cuando se la entrego, se levanta y ¡oh misterio! se le cae de debajo de la camiseta una banana y un aguacate que se lo había birlado a la cocinera. Ahora entiendo los gritos... El Niño, asustado, sale corriendo... 

Más tarde, sentado en el "bungalow" (nombre que se le da a la "imprenta") dialogando con el H. Carlos, y contemplando la hermosura del paisaje, escuchamos varios tiros de escopeta. Yo digo, alguien esta cazando... y Carlos me contesta, ¡No!, más bien alguien ha pillado en su casa a algún ladrón y le dispara para amedrentarlo. ¡Ahhh!

"Princesa", nuestra perra, lleva dos días sin ladrar por la noche. Comento a la comunidad que debe ser porque jugando con ella le reñí por las noches que no nos ha dejado dormir. Pues no, resulta que el H. Bouzi los últimos días cada vez que ladraba le echaba agua y ha escarmentado... ¡Por Dios!

Hace un día espléndido. Me dispongo a dar un vuelta... me avisan... va a llover. Yo, como he vivido tanto tiempo con aragoneses y todo se pega, ni caso... no llego a mitad camino. ¡Agua al canto! y mojado regreso a casa.  Lo tengo bien merecido por valiente y no escuchar.

Parece que tendré suerte y la conexión hoy funciona. Me pongo a iniciar un trabajito acordado con el H. Jesús Miguel Zamora. No lo guardo en el momento oportuno... se agota la batería, nos quedamos sin la poca electricidad que nos quedaba... pierdo la conexión y el trabajo.

No doy ni una, jejeje

En fin... nada nuevo sobre el horizonte. Tomo el evangelio del día y mira por dónde... Lucas nos dice: "Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse". Ciertamente es así. ¿O no?

Me echo unos cazos de agua para refrescarme. Dispuesto a echarme un rato observo un ciempiés que entra por un rincón de la ventana. ¡Zas! me levanto de golpe dispuesto a... Pero no. Me retengo pues no vaya a ser que es el H. Juan Antonio Martínez o Carlos Roca...regresando de una de sus carreras y la liamos. Le dejo en paz y que viva. El tiempo dirá porque "nada hay"...