"Huellas para el camino" |
Como nuestro Fundador y a ejemplo de Jesús de Nazaret, hemos de estar a la escucha de lo que Dios nos pide en cada momento y ser capaces de responder incluso desde la propia fragilidad e incoherencia. Ellos son las huellas que hemos de seguir. Escribo desde el corazón lo que siento, pienso y vivo con realismo pero también con la firmeza de que este nuevo vuelo, que no es uno más de los muchos realizados en estos último años, es un vuelo hacia mí mismo.
Volar a miles de kilómetros para seguir encontrándome a mí mismo, de poner orden en mi vida, de intentar volver al amor primero, de cumplir con mi deseo de seguir buscando al hombre nuevo. Sin duda también podría hacerlo desde aquí mismo pero "salir de la propia tierra", como Abraham, creo que será una buena mediación que lo facilitará.
"Equilibrio siempre necesario" |
Guillem Muntaner en su libro "L'hora del gran discerniment" (Editado por LLeonard Muntaner) afirma en su 6ª conclusión la necesidad de"recercar, reviure, refer l'equilibri" (pág. 178). En el fondo de eso se trata. No es una huida, ni una excusa para no afrontar nuevos retos aquí y mucho menos miedo a asumir mi nueva realidad. Lo he compartido anteriormente, mi participación en el Capítulo General supuso para mí, entre otras cosas, el poder discernir desde esta maravillosa atalaya institucional y reafirmar mi voluntad de dedicar un tiempo a este "resetearme por fuera y por dentro". Y para ello vuelo y vuelo lejos. Y agradezco a los HH. Visitadores, Jesús Miguel y José María, que me hayan permitido y facilitado esta experiencia que desearía poder acabar en Parmenia a final de curso.
Robert Betz en su libro "¿Quieres ser normal o prefieres ser feliz?" (Ediciones Obelisco) afirma en su página 165: "Este hombre sabe que sólo es un hombre fuerte, si no esconde su debilidad y vulnerabilidad por vergüenza ante sí mismo y los demás, si abre su corazón a los sentimientos hasta ahora no aceptados y basa la fuerza de su ser hombre en la esencia del amor". Ese vuelo quiero que desgarre más mi corazón acorazado, que plenifique mi vida o mi caminar en ella con más alegría y, sobretodo, con más amor. Ya lo sabemos, "el amor no es aquello que queremos sentir sino aquello que sentimos sin querer" aunque sea de autor anónimo (al menos para mí) tiene su miga.
En el fondo, vuelo lejos con el deseo de amar más y poder servir más y mejor. Para ello Tortuga, mi Ítaca decía hace unos días, me ayudará a aprender a parar y desconectar conectado, a abrirme a una sensibilidad más profunda y menos epidérmica, a buscar el silencio y mi hombre interior. ¿Y si no lo consigo? seguiré caminando.
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo.
Amar por toda ciencia y amor por todo anhelo.
Y cuando la montaña de la vida
"Abrirse al amor" |
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arde en la fusión de nuestros pechos mismos!
Rubén Darío
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