Son
muchos los que, al felicitarme, me han dicho ahora comerás “mucha pasta”. Jeje
graciosos ellos o ellas. ¡Pues no! Al menos no más que en España. Puesto que la
pasta me gusta…
Sean espagueti, macarrones,
fideos, lasaña, lingüini, fusiti, ñoquis, tallarines, canelones, farfalle… o
cualquiera de los mil y un nombres que podamos darle… nos conecta con una
historia multicultural que se remonta a la antigüedad.
¿Invento italiano? Casi seguro
que no, más bien chino. Eso sí, en el siglo XIII fue introducida en Italia por
Marco Polo, aunque parece que incluso es anterior… y ¡anda si ha sido bien aprovechada! Otros
dicen que es un invento de los etruscos en la Toscana… En todo caso rica está
¿o no?
Chinos, árabes y griegos
utilizaban productos similares, al igual que en la Roma de Cicerón (siglo III
a.C.) Lo que sí parece ser cierto es que fueron los romanos quienes crearon la
tecnología para elaborar la pasta: máquinas, instrumentos y utensilios con los
que se hacía la pasta de lasaña. Ya lo sabemos… “todos los caminos conducen a…”
A España nos llegó por medio de
Nápoles, que era español, y desde
nuestra península hacia el continente americano. En estados Unidos parece que
fue introducida por Thomas Jefferson después de que la conociera en un viaje a
París que ¡bien vale una…!
Eso sí, originariamente se comía
con las manos pero, como somos tan finos, originó la aparición de otro
utensilio bien conocido: el tenedor para poderla enrollar con más facilidad.
¿Qué os parece?
No lo dudéis ¡comeré pasta! Y si alguno se acerca a
visitarme ¡comerá pasta!... entre otras cosas, claro está.
Con pasta o sin pasta, quedaréis suficientemente saciados y
siempre tratados como hermanos que es lo que sois.Y para que no digáis que no lo practico en La Tortuga...a la prueba os remito.
Abrazos
sostenidos y feliz manjar. La Pasta. ¡Buen provecho!
La Tortuga
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