lunes, 23 de marzo de 2015

¡YA TE LO DIJE!

“La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubiesen permanecido durmiendo”
Quinto Horacio F

No me cabe ninguna duda que tener una actitud positiva ante la vida y especialmente ante la adversidad es todo un arte. Mirar hacia arriba, ver la botella medio llena, mirar sin gafas oscuras… activar en uno mismo energía positiva procurando que la inercia o la apatía se adueñe, descubrir lo bello de la vida, tener una actitud agradecido por lo mucho que recibimos ¡cada día!...  Ya Marco Aurelio afirmaba “nuestra vida es lo que nuestros pensamientos hacen de ella”.



Sí, sé que no es fácil. Depende mucho de los valores de nuestra propia persona. ¿Valores? Sí, valores porque “la capacidad de subordinar los impulsos a los valores es la esencia de la persona proactiva. Las personas reactivas se ven impulsadas por sentimientos, por circunstancias, por las condiciones, por el ambiente. Las personas proactivas se mueven por los valores: valores cuidadosamente meditados, seleccionados e internalizados” según afirma R. Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente eficaz”.


Muy lejos del “pseudoprofetismo” de quien constantemente suele afirmar ¡ya te lo dije! ante los aparentes fracasos personales. Desarrollar la actitud positiva, cuidar las palabras, limpiar pensamientos… nos hace diferentes y es posible. Todos conocemos, e incluso admiramos, personas que ante las dificultades, sufrimiento o cualquier tipo de adversidad lo afrontan hasta con alegría, mantienen una actitud afable y sin victimismo. Más que los porqués deberíamos pensar en los “para qué”. Todo nos sucede con una finalidad. Descubrirla, nos sitúa de manera diferente ante la vida.

La vida no es perfecta, somos vulnerabilidad, también fragilidad… ¿o no? Lo que nos sucede se vive de forma diferente según la actitud que asumimos. Y esa actitud está muy relacionada a los valores con los que intentamos vivir. Si es que realmente los conocemos y reconocemos. Y no digas ni pienses ¡qué fácil es decirlo! ¡Ponte en marcha!

A cuidarlos pues y a cuidarnos. La vida es un regalo demasiado precioso para desaprovecharlo ¿verdad? Y como dijo Séneca: “Lo importante no es lo que sufres, sino cómo lo sufres”.



Abrazos sostenido y feliz en la adversidad.
La Tortuga

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